Elogio de Mi Cuerpo ...

*
-La boca..
Entre labio y labio 
cuánta dulzura guarda mi boca abierta al beso, 
estuche en que los dientes muerden vívidos frutos, 
cuenca que se llena de jugos intensos,
de ágiles vinos, de agua fresca, 
donde la lengua, leve serpiente de delicias 
blandamente ondula, y se anida el milagro 
de la palabra...

-El cabello..
Dulce enredadera serpentina, 
única vegetación en la tierra tierna de mi cuerpo, 
hierba fina que sigue creciendo sensible a la primavera, 
ala de sombra contra mi sien, leve abrigo sobre la nuca. 
Para mi nostalgia de ave, mi penacho de plumas.

-Los pies..


Ya que no tengo alas, 

me bastan 
mis pies que danzan 
y que no acaban 
de recorrer el mundo. 

Por praderas en flor 
corrió mi pie ligero,
 
dejó su huella 
en la húmeda arena, 
buscó perdidos senderos, 

holló las duras aceras 
de las ciudades 
y sube por escaleras
 
que no sabe a donde llegan...

-La piel

..
Es tan frágil la trama 
que la rasga una espina, 

tan vulnerable 
que la quema el sol, 
tan susceptible 
que la eriza el frío. 

Pero también percibe 
mi piel delgada 
la dulce gama 
de las caricias, 

y mi cuerpo sin ella 
sería una llaga desnuda.

-El corazón..
Dicen que es del tamaño 
de mi puño cerrado. 

Pequeño, entonces, 
pero basta 
para poner en marcha 
todo esto. 

Es un obrero 
que trabaja bien, 
aunque anhele el descanso, 

y es un prisionero 
... 
que espera vagamente 
escaparse.

Alaíde Foppa
(extractos)