¿Y qué tal si me Perdono?

*
Hoy me he sentado a tomar un café conmigo misma y de nuevo me descubrí 
alzándome la ceja. Entonces me dije que ya estuvo bueno de ser tan dura. 
A veces debería probar, simplemente perdonarme. 
(a veces, deberíamos simplemente perdonarnos)

Me perdono por dejarme en último lugar infinidad de veces.
Me perdono por hacerme pedazos para completar a otros.
Me perdono por no hacerme caso y tropezar con el mismo obstáculo una 
miles de veces.
Me perdono por haber hablado de más.
Me perdono por haber callado.
Me perdono por confundir resignación con tolerancia.
Me perdono no encajar en un molde.
Me perdono por no permitirme muchas cosas.
Me perdono por no disfrutar de otras tantas.
Me perdono por no valorar los momentos que valen la pena y
darme cuenta muy tarde.

Entonces me hablé a mi misma: Debemos de aprender a soltar, a dejar ir, 
a perdonar -me dije. 
Debemos hacer frente común contra el mundo que no está en nuestra contra, 
simplemente es el mundo y la gente es gente, con lo bueno y con lo malo. 
A veces sólo estamos paradas en el camino equivocado con alguien que 
viene a todo pulmón y nos arrasa sin miramientos. 
No hay explicaciones ni justificaciones, es así, sucede.

¿Sabes? -me dije- necesito tu abrazo, tu complicidad.
Te tengo un trato; te propongo menos reproches y más amor.
Menos revivir el momento y más perdón.

¿Y si me perdono? 
Ampliamente y de verdad, sin echarme en cara después mi errores, 
sin pensar en un problema toda la noche, sin sentir un punzada con un recuerdo 
corrupto cruzándonos la mente.

¿Y si perdono mis errores y pasado?
Sí, me perdono; me acepto y me corrijo, acomodo mis piezas y hago un "Reset" 
en mi memoria y en mi corazón…

¡Sí, me perdono!

(Autor desconocido)