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Luego del despertar
y mientras aún estabas en las lindes del día,
yo escribía palabras sobre todo tu cuerpo.
Luego vino la noche y las borró.
Tú me reconociste sin embargo.
Entonces dije, con el aliento sólo de mi voz,
idénticas palabras sobre tu mismo cuerpo,
y nunca nadie pudo más tocarlas
... sin quemarse en el halo de fuego.
José Ángel Valente
Fotografía: The Element
Por: Vitaliy Sokol