Apaisement

*
Tus ojos y mis ojos se contemplan en la quietud crepuscular.
Nos bebemos el alma lentamente y se nos duerme el desear.
Como dos niños que jamás supieron de los ardores del amor,
en la paz de la tarde nos miramos con novedad de corazón.

Violeta era el color de la montaña.
Ahora azul, azul está.
Era una soledad el cielo. 
Ahora, por él la luna de oro va.

Me sabes de ti, te recuerdo mío.
Somos el hombre y la mujer.
Conscientes de ser nuestros, 
nos miramos en el sereno atardecer.

Son del color del agua tus pupilas;
del color del agua del amar.
Desnuda, en ellas, se sumerge mi alma,
con sed de amor y eternidad.

Manuel Magallanes Moure



Fotografía: Meeting Point
Por:  Max Rive