Bienvenido 2018


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Me lees? Aquí estamos, como cada fin de año. Que podremos decir de este 2017, o cómo comenzar a despedirlo… Veamos, no fueron 365 días oscuros, no, vivimos muchos momentos maravillosos, grandes sorpresas, montones de alegrías. Puertas que se abrieron, caminos que se iluminaron y gran valentía para recorrerlos.  Personas negativas se alejaron dejando acercarse a quienes traían positivismo, y en lo personal, todo fluyendo, fortaleciendo raíces, siguen las ganas de continuar navegando y el amor, más vivo que nunca. 
Estoy segura de que este año fue de grandes anuncios y enormes pruebas, ¿se han dado cuenta de que cada tiempo tiene su esencia? pues bien, este 2017 lo sentí pleno en energías y aunque no estuvo carente de momentos difíciles, debo agradecer más que reprochar.

 No puedo permitirme cerrar este año sin hablar de este Diciembre, no quiero tampoco tatuarlo como el peor, o como el mes que quitó luminosidad, pero sería poco honesta si no dejo salir lo que llevo dentro.  En este Diciembre partió mi abuela, desde que comenzó a perderse en el universo cada Navidad y noche de llegada de año fue especial y única. Especial porque nos impregnábamos de cada detalle, de cada sonrisa, de cada mirada .. única, porque siempre estaba el miedo o la sensación de que quizá sería la última; sentada en el sofá de su living, recibiendo regalos (que no le gustaban) o abrazando con fuerza y deseando sólo cosas buenas al oído… creí estar preparada, incluso en el pensamiento le decía que  estuviese tranquila, que ya estábamos todos grandes y que su tarea estaba más que cumplida. Pero cuando pasó, cuando la vi y supe, cuando me miró e intentó nombrarme, me di cuenta de que dolía más de lo que pensaba. Se me desgarró el pecho, me superó.  Durante esas horas y las que siguieron, el hecho de darnos cuenta de que por fin estaba con quienes por tantos años esperó, hizo que de a poco todo fluyera y se acomodara, que volara como siempre fue, un alma salvaje y libre.
No estuvo en esta Navidad y no estará en la noche del 31, pero su energía sí se hará sentir, sus palabras sí se escucharán más que nunca y su abrazo, espero sentirlo pasadito de las 12.

Con esto espero llegar a quienes pasaron, al igual que yo, un Diciembre distinto. Deseo que justo a las 12, cuando acaben la última uva y antes de dar el primer abrazo, en vez de sentir esa falta, sientan la energía que les llegará y llenará cada rincón del alma, y así, recibir e iniciar el 2018 con la mente y el corazón cargados y centrados en sólo vivir cada segundo de vuestras vidas. No olviden que tenemos sólo una y depende de nosotros el legado que dejaremos, el recuerdo que tatuaremos en quienes nos rodean y la alegría con que nos recuerden.

Feliz despedida al 2017 y gran Bienvenida al Año 2018 para todos.
Mi abrazo, como siempre, a las 12.