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Su alma suspira y llora mirando al infinito.
Los sueños ya marchitos, las rosas desgastadas,
sin color, sin perfume.
Ilusiones dormidas, prendidas de una llama.
Ya solo queda el barro de los primeros besos.
Ya solo queda el polvo de los primeros años.
Yo solo queda el miedo al fracaso y al silencio.
Se murió la semilla en el olvido inmenso.
No quedan en sus ramas ni estrellas ni deseos.
Su amor está maldito y morirá en la hoguera.
A veces en la cama oye el canto del grillo
y llora suspirando mirando al infinito.
Y corre por sus venas un tósigo potente
que ha envenenado el agua del amor en la fuente.
Y llora mirando al infinito mientras su alma suspira
... ¡Maldito amor prohibido!
© Lunah Blanca
Fotografia: Horizon
Por: TJ Drysdale
