*
En el futuro estamos y se nos muere lentamente el día.
Sólo unos pocos tramos nos quedan todavía
para amar con candor y alevosía.
Ágiles y en su hora, convocan o disuaden las campanas
y el tañido incorpora confidencias lejanas,
a mis razones tristes soberanas.
El pasado es tan lento que se aferra porfiado a su mutismo
... ¿por qué a veces me siento culpable ante mí mismo
si me asomo al azar y es un abismo?
(...)
¿dónde está el fuego? ¿dónde germinará la vida derramada?
El sol brilla y se esconde
y tras la llamarada las quimeras regresan a la nada,
por fin, uno se sabe dueño del desamparo prometido,
sin aldaba y sin llave,
miserable y perdido,
a tientas,
por la noche y el olvido...
Mario Benedetti
Tréboles
Inventario Dos