Ansiedad

*
Ella..
Sus ojos suplicantes me pidieron una tierna mirada, 
y por piedad mis ojos se posaron en los suyos,
pero él me dijo : ¡más!
Sus ojos suplicantes me pidieron una dulce sonrisa, 
y por piedad mis labios sonrieron a sus ojos,
pero él me dijo : ¡más!
Sus manos suplicantes me pidieron que les diera las mías, 
y en mi afán de contentarlo, le entregué mis manos,
pero él me dijo : ¡más!
Sus labios suplicantes me pidieron que les diera mi boca, 
y por gustar sus besos, le entregué mi boca trémula,
pero él me dijo : ¡más!
Su ser, en una súplica suprema, me pidió toda, 
¡toda!, y por saciar mi devorante sed fui toda suya.
Pero él me dijo: ¡más!

Él..
La pedí una mirada, y al mirarme brillaba en sus pupilas la piedad,
y sus ojos parece que decían: ¡No puedo darte más!
La pedí una sonrisa. Al sonreírme, sonreía en sus labios la piedad,
y sus ojos parece que decían: ¡No puedo darte más!
La pedí que sus manos me entregara y al oprimir las mías con afán,
parece que en la sombra me decía: ¡No puedo darte más!
La pedí un beso, ¡un beso!, y al dejarme sobre sus labios el amor gustar,
me decía su boca toda trémula: ¡No puedo darte más!
La pedí en una súplica suprema, que me diera su ser
... y al estrechar su cuerpo contra el mío, me decía:
¡No puedo darte más!


Manuel Magallanes Moure