Puedo pasar la vida contando los exactos lunares de tu vientre,
siguiendo en el espejo tu mirada, ahuyentando tus fantasmas;
si quieres, siéndome un poco tú.
Puedo pasar la vida.
Pero vivir, amor, es mucho más que eso;
es crecer y dormir y envejecer contigo, reñir y bromear,
y no vernos a veces, o vernos como extraños alguna madrugada.
Es la recia costumbre que de pronto fulgura
con una hermosa lumbre de pasión y demencia...
Josefa Parra
Alcoba del agua