grandes vientos que alteran los armoniosos lagos,
en dulzuras de umbría, cuernos de acoso huraño,
bruscas muertes de estrellas; y súbita más tarde,
una brillante aurora que te hablase
- Conjuraría, suplicante, al cielo, para llenar tus brazos abiertos.
Precisaría, mi mano en tu frente el habla de un lenguaje inexistente;
violines entre nácares de un marino silencio,
alondras sobre el mundo en su primer destello,
silabear de fuentes; y súbito más tarde, tu nombre cotidiano despertarte
- Como escolta sólo preciso, amor, mis sueños ofrecidos.
Carles Riba
Fotografía: A way to dreamland
Por: Maryna Khomenko
Fotografía: A way to dreamland
Por: Maryna Khomenko