Bruno

Cuando llega a nuestro mundo un ser enorme, lleno de magia y sabiduría 
a pesar de no esbozar una sola palabra ... nuestra perspectiva de la vida cambia, y ese ser, pasa a formar parte esencial en nuestros días. 
Recuerdo exactamente el minuto en que lo ví por primera vez. Después de buscar por varios sitios, encontramos un criadero en Buin que tenía labradores, a pocos kilómetros de Santiago.  
Habíamos recorrido bastante, no encontrábamos el camino y, con tantas 
minerales dentro ( pleno Febrero), pues,obviamente mi diminuta existencia 
necesitaba urgente un baño!.. Y fue justamente eso, el buscar un "lugarcito" por mi condición, la que nos llevó a la entrada principal de ese campo.
Un lugar enorme, con una vista increíble y que al entrar se escuchaban los gritos y ladridos de los cachorros. Varias razas comencé a ver, a un costado estaban los Padres, todos con sus Champions y sus respectivas medallas.. en ese minuto me dí cuenta de que quizá el perrito me iba a costar más que los 2 ojos de la cara (incluídas las pestañas), pero al conocer al dueño del criadero y al explicarme que él se dejaba llevar más por los padres adoptivos que por el "costo", pues .. je, je.
Nos abrió la entrada e intantáneamente los enanos se tragaron resortes o de lleno eran canguros disfrazados!, cuál de todos saltaba más! Ehh..llévame!! a mi!! noo a mi!!montones de Siberianos,un par de Beagles y.. ¡Labradores negros!, yo soñaba con uno rubio, pero eran tan simpáticos, que ya, 
me dije: Pao, a elegir el que más se parezca a ti!
En eso estaba cuando , tal cual una escena de película, al fondo, en la esquina ...estaba él. 

Un guapo Labrador rubio, sentado, mirando de medio lado el revuelo de sus amigos, no se acercó siquiera a mirarme! ¡nada! , y ya! dije, quiero ese!!.
Cuando el señor de allí, entra y lo toma, comencé a sentirme acompañada .. 
Bruno me miró fijo, directo a los ojos y desde ese minuto no dejó de besarme hasta llegar a casa...
Mi amigo, compañero, socio .. hasta mi "alarma" contra sismos, todo eso fue, y es, mi viejo.
Desde hace unos meses que ya no es el mismo, ya no usa la puerta de freno, ya no corre cual "Forrest Gump" por la playa de Santo Domingo sin mirar al montón de (gili...) corriendo trás él porque se soltó de la correa,ya no nos arrastra de las muñecas para meternos a su casa. Ahora sólo me llama un par de veces para que le ayude a salir de ella. Ya no me ladra por la ventana ...
La decisión la tomé hace tiempo, desde el día en que lo ví cansado de llevar sus años en la espalda, le prometí que le ayudaría a dejarme si algún día le sintiera sufrir.
Hoy me dí cuenta de que ese día llegó… y en eso estoy, viviendo mis últimos días con Bruno. 

-No pensé que costaría tanto cumplir esa promesa…-