Si Pudiéramos Ir...

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Él le decía a ella: 
-Si pudiéramos ir los dos juntos, el alma rebosante de fe, 
con fulgores extraños en el fiel corazón, 
ebrios de éxtasis dulces y de melancolía, 
hasta hacer que se rompan los mil nudos 
con que ata la ciudad nuestra vida; 
si nos fuera posible salir de este París triste y loco, huiríamos;
no se adónde, a cualquier ignorado lugar, 
lejos de vanos ruidos, de los odios y envidias,
a buscar un rincón donde crece la hierba, 
donde hay árboles y hay una casa chiquita con sus flores 
y un poco de silencio, 
y también soledad, 
y en la altura cielo azul 
y la música de algún pájaro que se ha posado en las tejas, 
y un alivio de sombra... 
¿Crees que acaso podemos 
tener necesidad de otra cosa en el mundo?

Víctor Hugo