Otra vez, tras la lucha que rinde y la incertidumbre amarga
del viajero que errante no sabe dónde dormirá mañana,
en sus lares primitivos halla un breve descanso mi alma.
Algo tiene este blando reposo de sombrío y de halagüeño,
cual lo tiene, en la noche callada, de un ser amado el recuerdo,
que de negras traiciones y dichas inmensas, nos habla a un tiempo.
Ya no lloro..., y no obstante, agobiado y afligido mi espíritu,
apenas de su cárcel estrecha y sombría osa dejar las tinieblas
para bañarse en las ondas de luz que el espacio llenan.
Cual si en suelo extranjero me hallase,tímida y hosca,
contemplo desde lejos los bosques y alturas
y los floridos senderos donde en cada rincón
me aguardaba la esperanza sonriendo.
Rosalía de Castro