Locus Amoenus 

...

En las doradas cúspides del sueño,
 
donde la piel redobla su ternura,
 
donde el beso resigue tu textura
 
y mi cuerpo reclama a su otro dueño.


Donde el deseo es huésped halagüeño
 
y la muesca caricia en la hendidura,

donde el tacto remonta su espesura 

y la vida renace de su empeño.



Donde estás tú y el labio no censura
 
el agravio más grande o más pequeño,

donde la ausencia siempre es la tortura

 
y tu presencia un bálsamo hogareño.
Allí quiero morir, 
en la segura 
tranquilidad 
del sueño de tu sueño...

Israel Clarà