Música

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¿Quién habrá inventado la música? 
¿El viento? ¿El mar? ¿La lluvia?
¿Cuándo habrá nacido la armonía? ¿Qué habrá sonado primero? 
¿El lenguaje de la brisa o el canto del ruiseñor?

Desde una a otra orilla y viceversa, 
la música cruza el puente y la recibimos con los brazos y oídos abiertos. 
A veces ella calma y a veces enardece. 
Acaricia a los niños y adormece a los viejos.
Cuando llueve es el canto de las nubes. 
La música es un arrabal del cielo y es el único paisaje que disfrutan los ciegos. 
Beethoven nos abriga y Mozart nos refresca.
Hay tonadas que enhebran los silencios y el silencio se convierte a la música. 
Los esclavos y los presos se renuevan en el canto 
y esa música es su única libertad. 
Con la música respiran y si algún guardia la prohíbe, igual cantan en silencio.
La música es un premio, un recurso, una victoria. 
Con alegría o congoja, la música nos vive y nos revive. 

Cuando alguien nos dice que nos vayamos con la música a otra parte, 
sin vacilar nos vamos, dichosos de que nos siga acompañando
... la felicidad de sus sonidos.

Mario Benedetti
Vivir
Vivir Adrede