El Jardinero

*
Día tras día, viene y se vuelve a ir.
 Anda, dale esta flor de mi pelo. 
Y si pregunta quién se la manda, no se lo digas, que sólo viene y se va.

Míralo allí, sentado en la tierra, bajo el árbol. 
Ve, y tiéndele una alfombra de hojas y flores, 
que sus ojos están tristes y llenan de pesar mi corazón. 

- Nunca dice lo que está pensando, sólo viene y se va.

¿Por qué se sentó a mi puerta con el alba? 
Cada vez que salgo o entro, tengo que pasar a su lado; y mis ojos, 
cada vez, se prenden en sus ojos. No sé si hablarle o no. 

¿Por qué se sentó a mi puerta?
 ¡Qué negra la noche nublada de Julio! 
¡Qué suave el azul del cielo en otoño! 

Los días de la primavera, ¡qué inquietos al viento del Sur!
Las canciones que él canta tienen cada vez una melodía. 
Y se me nublan los ojos, y tengo que dejar mi trabajo
...  ¿Por qué se sentó a mi puerta? 

¡No me escondas tú el secreto de tu corazón! 
¡Dímelo a mí, que soy tu camarada, sólo a mí!
.. dímelo tan dulce como te sonríes, 
que no lo oirán mis oídos, sino mi corazón. 

La noche es profunda; está la casa silenciosa; 
el sueño amortaja los nidos de los pájaros.
Anda, dime tú, en un llorar vacilante, en un tímido sonreír, 
en una dulce vergüenza, en un dolor dulce el secreto de tu corazón

Háblame. Dime en palabras lo que has cantado
¡Qué oscura está la noche!
 Las estrellas se han perdido entre las nubes 
y el viento anda por las hojas.

Soltaré mis cabellos. 
Como otra noche me envolverá mi manto azul. 
Cogeré tu cabeza contra mi pecho, y, en nuestra dulce soledad, 
hablaré bajo, junto a tu corazón.

Cerraré mis ojos para oírte. 
No te miraré a la cara. 

Cuando tú hayas concluido, nos quedaremos los dos mudos y quietos. 
Sólo se oirán los árboles en la sombra.
Palidecerá la madrugada y el día se irá abriendo. 
Nos miraremos en los ojos y cada uno, se irá por su camino ...

¡Háblame!
 ¡Dime en palabras lo que has cantado! 

Rabindranath Tagore
(extractos)