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El alma del poeta danza y delira sobre la ola de la vida,
entre el clamor de vientos y mareas.
Y cuando el sol esconde su frente y el cielo entristecido cae
sobre el mar como los párpados sobre los ojos fatigados, el poeta,
dejando su pluma y con la cabeza en la mano, deja huir su pensamiento
hacia el abismo del silencio,
... hacia la niebla del eterno secreto.
Rabindranath Tagore