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Encerrado en una bola de cristal,
tengo el cuento de princesas que inventaste para mi.
Érase una vez... en un país muy lejano, un lugar único y mágico,
con un río limpio y claro y una casa rodeada de un jardín.
El rojo de las paredes, contrastaba con las rosas, blancas,
bellas y olorosas, que plantamos en abril.
En la veranda, un columpio, donde en las tardes de estío,
con las manos enlazadas, veíamos el sol morir.
Y en el lago azul turquesa, donde solíamos nadar,
un mirador de madera, desde donde contemplábamos
... las nubes y las estrellas.
Junto al macizo de margaritas, casi tan suaves como la brisa,
había un banco de color gris, y allí... en las noches de luna,
cuando los besos y las caricias, se confundían con la penumbra,
yo te amaba...y tú a mí.
Y en el salón, en invierno... un hogar, donde ardía la madera de ciprés,
y acostados en la alfombra, mirábamos arder mil velas con aromas de canela
y arrayán, y entre risas y sonrisas, y una copa de champán, nos amábamos pensando:
¡ Este amor no acabará!
Pero lo que empezó como un cuento, no tuvo el mismo final,
no fuimos felices, no vivimos nuestro sueño,
y el amor quedó guardado, para siempre
... en mi bola de cristal.
© Lunah Blanca