Sucédeme en tus sueños, como un bailarín sin pista,
como una mariposa enorme y alas diminutas.
Ambos sabemos ya, que soñar es el peor de los delirios
y la perversión más maravillosa.
Pareciera que la vida es un tormentoso segundo
en el reloj de bolsillo de algún gigante.
Un único destello como brisa nocturna.
Flores blancas entre rocas;
ser herido por una belleza audaz,
acuchillado con infalible gracia.
Y luego,
respirar el deshabitado aire
como el vicio más amado,
para sacudir el nido abandonado
... donde creció la rosa.
Madrigal