A través del follaje perenne
que oír deja rumores extraños
Y entre un mar de ondulante verdura,
amorosa mansión de los pájaros.
Desde mis ventanas veo el templo que quise tanto
El templo que tanto quise...
Pues no sé decir ya si le quiero,
que en el rudo vaivén que sin tregua
se agitan mis pensamientos
Dudo si el rencor adusto
vive unido al amor en mi pecho.
Rosalía de Castro