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Cuando una boca suave dormida besa
,
como muriendo entonces,
a veces, cuando llega más allá de los labios
y los párpados caen colmados de deseo,
tan silenciosamente
como consiente el aire,
la piel con su sedosa tibieza pide noches,
y la boca besada
en su inefable goce
.. pide noches, también.
Ah, noches silenciosas, de oscuras lunas suaves,
noches largas, suntuosas,
cruzadas de palomas,
en un aire hecho manos, amor,
ternura dada,
noches como navíos...
Es entonces, en la alta pasión, cuando el que besa
sabe, demasiado, sin tregua,
y ve que ahora
el mundo le deviene un milagro lejano que le abren los labios
aún hondos estíos,
que su conciencia abdica,
que está por fin él mismo
olvidado en el beso,
y un viento apasionado le desnuda las sienes,
es entonces, al beso, que descienden los párpados
y se estremece el aire
con un dejo de vida,
y se estremece aún
lo que no es aire,
el haz ardiente del cabello,
el terciopelo ahora de la voz.
Y,
a veces,
la ilusión ya poblada de muertes en suspenso...
Idea Vilariño