La Fuente...

 Entre árboles extáticos y flores soñolientas,
cuando todos los astros del verano caen sobre los jardines 
con ardiente cadencia, tus surtidores cantan sobreviviendo

Remotas aguas, columpiados barcos descansan en tu dulce cara quieta.
Tus tranquilos mármoles se dan al aire y sueñan
y la gran noche mágica del jardín se levanta
para ver nuestro encuentro...

La muchedumbre de las fuentes canta
por esta sola boca tuya
 ¡Fuente!

Ya puedo amar sin vértigos este espejo de sombras, 
este canto; porque ciñes los mares de mi ser en la noche
... ¡y detienes el tiempo!

Esther de Cáceres