Lucero Vespertino...

*


Ocurrió una medianoche 
a mediados de verano; 

lucían pálidas estrellas 
tras el potente halo
 
de una luna clara y fría 
que iluminaba las olas, 

rodeada de planetas,
 esclavos de su señora. 


Detuve mi mirada 
en su sonrisa helada
 
-demasiado helada para mí -
una nube le puso un velo 
de lanudo terciopelo

y entonces me fijé en ti.

Lucero orgulloso,
 remoto, glorioso,
yo siempre tu brillo preferí;

pues mi alma jalea
 la orgullosa tarea
 que cumples de la noche a la mañana,

y admiro más, desde luego,
 tu lejanísimo fuego 
que esa otra luz, 
más fría, más cercana...

Edgar Allan Poe