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Se abren las puertas de la noche y dentro estás tú,
con una copa de vino en la mano, mirándome,
como quien me invita a una larga e interminable jornada nocturna,
como quien me invita a una larga e interminable jornada nocturna,
llena de historias que sólo tú y yo sabremos,
y que el resto,
sólo puede imaginar...
Víctor de la Hoz