Bajo los Fuegos

Bajo los fuegos de fugaces colores que
 iluminan el aire de la noche, dame tu mano.
Mira abrirse las palmeras doradas, rojas, verdes;
caen los frutos azules de la altura;
rasgan el negro terciopelo las estelas de plata.

En tus ojos yo veo el frío ardor artificial y efímero
de los castillos que veloces surgen y veloces se extinguen.
Dame tu mano; es todo cuanto tengo en medio de esta falsa
riqueza, de esta dádiva que fugazmente se otorga y se consume.

Así es todo: organizado y yerto, brota el amor, crece, 
se desparrama, se hunde,vuelve la oscuridad en la que, 
previsto y bien envuelto, yacía.

Nada, nada... Dame tu mano.

Entre los irisados estampidos alegres sólo para los alegres,
se esfuma el corazón, igual que una girándula demasiado mojada 
para arder o dar luz.
En este tornasolado e intrincado bosque
... dame tu mano para que no me pierda.

Antonio Cala