Lo Innominado

*
Lo sabíamos ambos,
 por eso era superfluo repetirlo 
-también eso sabíamos-,
 aunque a veces la noche se encarnizara 
en darnos
 las palabras más bellas, por si acaso crecían.

Esas veces que faltaba un mal minuto 
para que hubiese chispas 
rodando por el suelo,
 y había que apartar los ojos, y amarrarse 
los lazos 
casi sueltos de la triste cordura.
 
Porque también sabíamos que era cosa de locos,

desvarío extremado (aunque, sí, delicioso)
y que era necesario extirparlo,
 de golpe,
 o sacarle los ojos, o cortarle las manos 
para que no saliese
 a la luz y mostrase
, su inocencia perfecta
... que no iba a entender nadie.



Josefa Parra

Elogio a la mala yerba



Fotografía: Spellbound
Por: Lizzy Gadd