El Vuelo de los Sueños.

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Las palomas de la plaza son las mismas, aunque pasen los años son las mismas,
son eternas, las palomas de la plaza, y eternos los lugares donde anidan.

Yo preguntaba, a mi padre, 
por qué los caballeros les llevaban migajas a las aves,
y mi padre, haciendo una sonrisa, contestaba mi pregunta en tono grave.

-Volar, vivir una ilusión,sentir que nunca se termina el amor.
Soñar, un nido en el azul, con muchas palomas y tú.

Las palomas, hijo mío, son los mejores sueños que, a lo mejor, 
no cumplieron muchas de aquellas gentes, por eso las cuidan, 
porque has de saber que los sueños, para que no se mueran,
 deben alimentarse, eternamente.

- Vivir, un mundo de color, andar un cielo entero, en busca del sol.
Dejar un beso en tu jardín, los besos son sueños, al fin.

El tiempo pasa, claro, por sobre todo el mundo y yo no soy, 
en esta historia, de ningún modo la excepción.
Hoy, por ejemplo, mis sueños aletean y se comen en migajas
casi la cuarta parte de mi jubilación.

Volar, vivir una ilusión, sentir que nunca se termina el amor.
Soñar, un nido en el azul, con muchas palomas 
... y tú.

Humberto Baeza Fernández 
(Tito Fernández)