Oscuridad

*
Anoche te he tocado y te he sentido,
sin que mi mano huyera más allá de mi mano,
sin que mi cuerpo huyera, ni mi oído;
de un modo casi humano, te he sentido.

Palpitante, no sé si como sangre o como nube errante,
por mi casa, en puntillas, oscuridad que sube,
oscuridad que baja, corriste, centelleante.

Corriste por mi casa de madera, 
sus ventanas abriste y te sentí latir la noche entera,
naciste de los abismos, del silencio, 
guerrero, tan terrible, tan perfecto,
que todo cuanto existe, para mí, 
sin tu llama, no existiera.

Gonzalo Rojas
Velocísimo