¿Me quieres?...
¡Que tu acento me lo diga
ante aquel sol que muere en el ocaso!
Tú, que mitigas mi pesar...
¡mitiga esta fiebre voraz en que me abraso!
Tembló su labio y balbució: ¡Lo juro!
Sus tachonadas puertas entreabría
la muda noche en la extensión vacía:
y en mi espíritu lóbrego y oscuro...
en aquel mismo instante amanecía!
Julio Flórez Rea