Tendida, alegre,
abierta
bajo el sol llameante,
por los cuatro costados me recorre la vida
y
destila en mi boca sus ardientes resinas.
Trasciende poro a poro mi desnudez propicia
,
pujante olor a tierra
blanda y recién volcada,
soy toda como un surco palpitante y ansioso,
un terreno baldío
que se vierte en promesa
y domina el primero que lo quiera sembrar.
El sol, hoguera y lámpara, me dora e ilumina,
y cae sobre mi cuerpo
rotunda la mañana.
Y grito, danzo y giro,
y canto ennoblecida
por la suprema dicha
de reflejar la espiga
que tiembla en el fragante regazo de la tierra...
Flor Alba Uribe