A la Espera de la Oscuridad

*
Ese instante que no se olvida, tan vacío devuelto por las sombras
Tan vacío rechazado por los relojes, ese pobre instante adoptado por mi ternura,
desnudo, desnudo de sangre de alas. 
Sin ojos para recordar angustias de antaño
Sin labios para recoger el zumo de las violencias perdidas en el 
canto de los helados campanarios.

Ampáralo, abrázalo 
Señálale el mundo convulsionado a tus pies.
Dile que los suspiros del mar 
humedecen las únicas palabras por las que vale vivir.

Ese instante sudoroso de nada, acurrucado en la cueva del destino
Sin manos para decir nunca
... sin manos para regalar mariposas.

Alejandra Pizarnik
(extractos)