A veces para vivir Tenemos que Ignorar a muchas Personas

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Para ser felices tenemos que saber ignorar a muchas personas. 
Tenemos que aprender a vivir y a desatender aquellas actos, palabras o 
sentimientos que pretendan o consigan anularnos.
Sencillamente hay personas que resultan conflictivas y que nos atormentan 
con sus quejas, con sus juicios y con sus dramas. Esto puede resultar agobiante, 
abrumador y altamente tóxico, pues condiciona nuestro bienestar a la 
incertidumbre de sus actos.
Por eso tenemos que dejar de alimentar aquellos intercambios que nos chupan 
la energía y nublan nuestra realidad. Así que lo primero que hay que aprender, 
es ignorar a cierta gente en aquellos momentos en los que nos estén haciendo 
daño.
Aléjate de lo que te haga daño, de lo que oscurezca tu vida, de lo que se 
convierta en siniestro. Aléjate de las personas tóxicas. No permitas que se 
desmorone tu mundo.
La balanza emocional debe inclinarse por el lado de tu bienestar y, aunque 
el sufrimiento es inevitable y debemos aceptarlo, es imprescindible que lo 
sepamos manejar a voluntad. O sea, que a los demonios a veces hay que 
abrazarlos para lograr verlos como “menos malos”.

No te olvides de que de vez en cuando tenemos que descargarnos. 
La mente, como el cuerpo, debe desintoxicarse de radicales libres, 
de emociones negativas, de pasados conflictivos, 
de personas que la desestabilizan.


-No dejes ir a aquellas personas que hacen lindo tu mundo, 
deja marchar a las que lo anulan. 
Conserva en tu vida todo aquello que te ayude 
y aquello que te haga mejor persona.